Este es un post especial para las que estáis embarazadas y no queréis pasar calor este verano, ni en la ciudad, ni en el pueblo, ni en la playa. Voy a hablaros de un destino de montaña que yo visité embarazada de Valentina (os he recuperado fotos del álbum familiar y que si seguís leyendo podréis descubrir). El destino es la Cerdanya, el gran valle en el Pirineo. Yo la visité embarazada de más de 6 meses y estuve muy a gusto. Esta primavera volvimos con Valentina ya bebé y Jorge. Nos invitaron al Cerdanya Resort, un hotel de montaña con spa muy recomendable. Curiosamente ya lo conocíamos no sólo porque, lo había recomendado aquí como lugar ideal para viajar familias con niños en invierno (si os gusta el esquí), sino porque estando embarazada habíamos visitado su granja de animales y Jorge había montado en pony y carruaje de caballos. En esto post no solo os hablaré de todo lo que este lugar os ofrece a vosotros y a los niños, sino de lo a gusto que vais a estar haciendo todas las excursiones.
La primera vez que descubrí Prullans fue como os comentaba, porque fuimos a la granja de animales que hay en este pueblecito, muy cerca del Hotel Muntanya (que tiene un certificado de excelencia otorgado por TripAdvisor). Allí Jorge dio de comer a las gallinas, gallos, conejos, cabras, ovejas, patos, pavos y montó en pony. Era la primera vez y lo pasó en grande. Arriba en las fotos me veis embarazada de Valentina y a Jorge montando en pony (abajo).
La Cerdanya (la zona catalana y la francesa) ofrece paisajes preciosos y lugares ideales para descubrir con niños. Por ejemplo, al caer el sol a nosotros nos gustaba visitar Osséja. Tienen un parque en el que en verano ponen muchas atracciones e hinchables infantiles. Costaba, si mal no recuerdo, 7 € la hora y 5 € para menores de 6 años. Si vais con amigos lo pasaréis genial y así premiaréis a los pequeños excursionistas. Las mamás embarazadas tenéis sillas para descansar mientras ellos disfrutan pegando botes.
En los Pirineos Orientales, y de ruta a todos estos lugares que os estoy recomendando, encontraréis Saillagouse, un precioso pueblo de artesanos por el que podéis pasear. Tiene unos lagos que en invierno siempre están congelados y que en verano bien merecen un picnic. También hay un mercadillo local en plena calle el que venden unos quesos buenísimos.
Si con los burritos y con las gallinas de Prullans vuestros peques no han tenido suficiente os recomiendo visitar el parque de animales de Les Angles. Aquí podrán observar a los animales salvajes de las montañas francesas en su espacio natural. Tenéis 2 circuitos de 3.500 metros y de 1.500 metros, respectivamente. Yo hice el primero embarazadísima y pude acabarlo sin problema. Eso sí atendiendo a las piedras y desniveles no me fuera a pegar un trastazo. Veréis osos, ciervos, gamos, jabalíes, cabras montesas, gamuzas, lobos, corzos, marmotas, renos y hasta bisontes. También descubriréis la rica flora de los Pirineos. Súper recomendable.
Cuando estéis por Les Angles por favor no olvidéis visitar el Lago Matemale. Se encuentra a 1.600 metros de altitud. Llegaréis a él tras atravesar el bosque de la Matte. Llevaros el traje de baño porque la temperatura del agua del lago está entre 19 y 23 °C en verano y podréis bañaros. Los paisajes son magníficos. En la zona hay un par de restaurantes, si mal no recuerdo, y tirolinas para los peques. También algún que otro hinchable. Vais a pasar un largo rato tumbadas en la hierba, sin aglomeraciones. Recuerdo incluso una zona con minimotos de montaña para niños y canoas.
Reservar un día de vuestras vacaciones al tren amarillo ¿Habéis oído hablar de él? No os lo podéis perder. Se construyó el siglo pasado y hace un recorrido desde Mont-Louis hasta Latour de Carol. Podréis admirar el precioso paisaje de La Cerdanya desde sus vagones descapotados, mientras el tren sube por la ladera de las montañas. Es el ferrocarril más alto en Francia y tiene su punto culminante a 1.596 m., en la estación de Bolquère. Llevaros gorra y protección solar porque vais a pasar un buen rato a la intemperie, aunque también hay vagones cerrados en los que podréis cobijaros del sol. Yo hice el recorrido embarazada y su traqueteo no me molestó en ningún momento.
En la Cerdanya si algo hay son lugares ideales junto a riachuelos para hacer un picnic familiar. Nosotros estuvimos en Guils Fontanera, donde también hay columpios. Recuerdo que empezó un incendio en una granja cercana y tuvimos que salir corriendo de la zona. La montaña también tiene sus riesgos. Fue todo una aventura.
Cuando ya no sepáis que hacer, recordar los parques infantiles. La Cerdanya está llena de ellos. Les tenéis en Puigcerdà, Alp y Queixans, por ejemplo. Y si un día a los peques les apetece un buen chapuzón en estas y otras poblaciones hay piscinas. Aunque aquí las piscinas, no os voy a engañar, están heladas. La del polideportivo de Puigcerdà está climatizada, tenedlo en cuenta. Nosotros fuimos también a Err, en Francia, donde había una piscina con olas y toboganes. En el parque de La Molina, la popular estación de esquí, también hay zonas de ocio para los niños. Aunque no nos dio tiempo a visitarla.
Y si después de toda esta explicación pensáis dónde alojaros os recomiendo el Hotel de Montaña del Cerdanya Resort. Es un campo base ideal desde donde realizar todas estas excursiones y, no solo eso, sino que el propio establecimiento realiza las suyas propias. Nosotros, por ejemplo, en nuestra última visita fuimos a visitar las tiendas nómadas de ‘Tipis’ construidas en la montaña y un trocito de el ‘Camí dels bons homes’, un itinerario turístico que rememora el exilio de los cátaros. Allí nos encontramos con unas bellísimas cascadas.
En Cerdanya Resort también podréis descansar de tanta excursión. Y la mejor forma de hacerlo es en su spa. Entonces os preguntaréis ¿Quién cuida de los niños? Pues tenéis el Miniclub, con un servicio de guardería incluido e ilimitado según horario (para niños de 2 a 12 años) y para los bebés el BabyClub. Y tantas cosas que me dejo: gimnasio, rocódromo, pádel, senderismo, masajes y tratamientos de belleza, piscinas climatizadas, el spa panorámico… Y la comida, buenísima. Además, es uno de los pocos sitios que hacen menús especiales para celíacos y papillas para bebés. ¿Os he convencido ya?
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