Este es uno de los tesoros más bonitos que han llegado a mis manos. Sabéis, cuando alguien me pregunta que nunca dejaría atrás si tuviera que salir corriendo de mi casa o en mi vida, siempre contesto lo mismo: no necesito nada material para vivir, ni joyas, ni bolsos, ni ropa, ni coches, ni nada. Cogería a los míos y a mis álbumes de fotos. Sí, los recuerdos que guardo en ellos me cuentan quién soy, la vida que he vivido, los lugares que he visto, las personas que me han rodeado, a quién he querido… Siempre pienso en lo terrible que tiene que ser perder la memoria. Las imágenes que guardamos en nuestra cabeza pueden borrarse pero no en el papel. ¿Sabéis que es una cápsula de tiempo? Un lugar en el que puedes guardar tus mejores recuerdos, pequeños detalles de tu vida, y que perduran hasta el día que alguien la encuentra. Eso es My Retrobox. María y Daniel me contactaron hace algún tiempo para que conociera su proyecto emprendedor. Me enviaron una Retrobox para Jorge y otra para Valentina. Seguid leyendo porque os va a encantar.
Al recibir las cápsulas del tiempo, My Retrobox, que veis en las fotos ya me pareció algo único y diferencial para regalar. No quería testar este producto con prisas, quería darle el tiempo que merecía y, ahora que es una época clave para hacer regalos únicos, diferenciales y originales, hablaros de ellas.
Cada Retrobox que me enviaron María y Daniel llevaba una carta en la que se explicaba su contenido. La de Valentina giraba entorno a su nacimiento y primeros meses, hasta el año de vida. La idea es que toda la familia pudiéramos rellenar la caja de metal, con nuestros sentimientos y pequeños objetos de su nacimiento tan emotivos. Metí su trocito de cordón umbilical, el primer mechón de pelo que le cortamos, el diario de su nacimiento (con la historia de mis contracciones), el gorrito de lana que le pusieron en el hospital al salir del paritorio, sus huellas impresas, fotos y más cositas. Mis padres le hicieron su dedicatoria, mi marido, también sus otros abuelos y tíos. Algunas dedicatorias eran tan emotivas que me pasé días llorando. Algunos de ellos se despiden porque cuando Valentina tenga 18 años y abra su caja quizás ya no estarán. Por eso My Retrobox me parece un regalo precioso. Me siento muy agradecida de haberlo recibido porque sino quizás nunca habría tenido esta oportunidad.
Además, hice participar a todo el mundo (por eso he tardado tanto en publicar este post y hablaros de este fabuloso regalo). Incluso quedamos toda la familia un fin de semana en la torre que tiene un tío de mi marido y allí, con sumo cuidado, enterraron Jorge y Valentina sus Retrobox bien rellenas y plasmaros las huellas de sus manitas en el cemento con el que tapamos el agujero que hicimos en el jardín.
Cada uno la abrirá cuando cumpla 18 añitos. A Jorge le puse la camiseta del Barça talla 0, que le regalaron al nacer; su primer diente caído que amablemente me cedió el ratoncito Pérez, las fotos del colegio, dibujos y frases escritas por él (que acaba de aprender a escribir), la primera medalla que ganó en ajedrez. Ahora tiene 6 años, esa cajita guarda 6 años de su vida, con las declaraciones, testimonios, sentimientos de sus abuelos, tíos, padres. Me pongo en su lugar con 18 años, abrir la Retrobox y recibir de regalo sus recuerdos ¿De qué se acordará? A veces en la vida, las pequeñas cosas son las más grandes.
Como veis en las fotos, las cajas de My Retrobox tienen fichas para rellenar, sobres para guardar tesoros, cajitas. Todo de cartón muy bonito y cuidado. Me sorprendió que Jorge ya supiera lo que era una cápsula del tiempo. Lo vio en un capítulo de sus dibujos preferidos: Peppa Pig.
¿Os imagináis recibir algún día una cápsula del tiempo llena de recuerdos de vuestra infancia? Me parece un regalo maravilloso, original creativo, sencillo, lleno de corazón y sentimiento. Lo recomiendo no sólo para bebés, sino para peques de cualquier edad e incluso para papás y mamás.
